Viaje a Suecia

A finales del año 2007, la presidenta de la Fundación Manos Mágicas, Licda. Yanira SOUNDY, viajó junto a Fátima Stubig (Sorda), a Suecia a un curso sobre derechos humanos.
Fátima fue acompañada de la intérprete Evelyn de Rodríguez, quien viajó junto a la delegación salvadoreña. En la imagen las acompaña la Licda. Lourdes de Morales, Directora Ejecutiva de CONIPD.
Cada 15 días les haremos la entrega de la información que se compartió en ese taller.


Las personas sordas que representaron a organizaciones latinoamericanas en el Curso de Derechos Humanos y Discapacidad organizado por ASDI en Suecia y que abordaron los temas sobre el desarrollo y el respeto de los derechos de las personas con discapacidad, hicieron mención a las siguientes fortalezas de la comunidad sorda americana: a) Existen 13 federaciones de sordos activas y fuertes en diferentes países de Latinoamérica; b) Hay un reconocimiento de la lengua de señas en Colombia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico y México; c) Existen diferentes convenciones internacionales sobre derechos humanos, entre ellas la Convención de Derechos las Personas con Discapacidad, las cuales han sido ratificadas por diferentes países latinoamericanos; d) Hay un verdadero liderazgo en la población sorda y una conciencia de su identidad, sobre todo en las nuevas generaciones que se encuentran escolarizadas e integradas.
Frente a estas fortalezas, las debilidades señaladas fueron: a) Falta de recurso humano capacitado para la enseñanza de las personas sordas; b) No se cuenta con un presupuesto estatal que logre cubrir las necesidades de espacios realmente equipados para la enseñanza y el aprendizaje de las personas sordas y sus familiares; c) No existe un conocimiento acerca de la aplicación del bilingüismo (enseñar la lengua de señas como primera lengua y el español escrito como segunda) ; d) Persisten movimientos oralistas que se oponen al desarrollo de la lengua de señas como primer idioma de las personas sordas profundas; e) Continua la triste realidad que la mayoría de personas sordas permanecen sin acceso a ser educados en su propia lengua.
Con lo anterior podemos concluir que pese a que todas las personas tienen derecho a ser educadas en su propia lengua natural y absolutamente todas tienen derecho al acceso a la información y la comunicación. No están siendo atendidas en sus necesidades.
En El Salvador, podemos observar un fenómeno muy interesante: por un lado existe una Escuela privada que abrió el camino para muchos sordos hasta sexto grado y por otra varias escuelas nacionales que lograron quedarse y abrir sus aulas, en el caso específico de la Escuela Griselda Zeledon hasta el bachillerato. Es importante señalar que si comparamos la realidad educativa de las personas sordas de los años 1960-1970 a la actualidad, veremos que hemos avanzado muchísimo. Esto no quiere decir que estemos en óptimas condiciones como en Suecia, donde los menores estudian su lengua de señas sueca, aprenden a leer y escribir sueco paralelamente, y además aprenden inglés como tercer idioma (al leer me refiero a lectura comprensiva no oralizada), ellos cuentan con programas sociales y educativos excelentes (equipo humano, transporte aéreo y terrestre, alta tecnología como pizarras inteligentes, entre otros). Pero si puedo afirmarles que gracias a ese grupo de personas que fundaron la Escuela Cristiana para Sordos, fue que se empezó a pensar en la educación de nuestros menores sordos de diferente manera y se tuvo como meta llegar no a un cuarto o sexto grado, sino a un bachillerato e inclusive estudiar una carrera universitaria mediante la integración estudiantil. Este año varios muchachos se graduaron de bachilleres del Liceo Getsemani y un grupo mas ha pasado a octavo grado en este mismo centro educativo, mientras en el Instituto Técnico Ricaldone cursaran bachillerato en el 2008, también vemos a quienes ya estudian en diferentes universidades y nos han abierto ya el camino para que las nuevas generaciones de sordos sigan avanzando académicamente, pues en ellos no existe la palabra “lmposibles”. Para mi es gratificante ver sobresalir académicamente a estos menores entre los oyentes en los diferentes centros educativos donde han sido incluidos e integrados, sabemos que el programa de integración que cada grupo de padres lidera, necesita fortalecer el área no sólo académica sino también social. En este sentido, los centros escolares apoyan a sus alumnos sordos en cuánto a encontrar fórmulas de aprendizaje que permitan su nivelación y éxito académico, pero entendemos que aún falta por hacer en el ámbito social de los menores sordos. Y por supuesto abrir espacios laborales para quienes ya se han graduado.
El éxito académico de un menor sordo implica contar con un equipo de trabajo integrado por el centro educativo, los padres, los tutores educativos, los profesores de refuerzos, los intérpretes y por supuesto la dedicación y esfuerzo del menor sordo.
Todo esto sería imposible, si los padres no hubiésemos asumido la responsabilidad de la integración, lo cual implica luchar financieramente para cancelar los gastos de tutorías, clases de refuerzos e intérpretes, además de asumir la pedagogía y la interpretación. En Suecia, el gobierno proporciona a los menores todos estos recursos como parte de su derecho a la educación, la cual cabe destacar, tiene exactamente el mismo programa que los oyentes, por lo que no enfrentan problemas de nivelación a la hora de integrarse a la Universidad. Mi conclusión es que debe enseñarse el mismo contenido y materias de los centros regulares, a la población estudiantil sorda salvadoreña y apoyar a quienes están integrados.

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